Como Armar la Mochila y un listado de Wwoof Argentina!

SUGERENCIAS SOBRE QUÉ LLEVAR EN LA MOCHILA – DISTRIBUCIÓN DE PESO

Para no caer en el error de quedar asi! les dejo esta guia!

Francisco! Un Hermano con quien me toco mochilear, fue un poco MUY ligero en un viaje por las montañas!

Sugiero dividir las cosas a llevar en tres grupos: 1) Ropa 2) Camping, cocina, comer 3) Higiene y primeros auxilios 4) Elementos varios (utilitarios, entretenimiento, electrónica)

Ropa

Lo primero es tener en cuenta qué tipo de clima vamos a enfrentar (¿frío? ¿calor? ¿lluvia? ¿sol radiante?). En función de esto es necesario llevar la ropa adecuada teniendo en cuenta, por ejemplo, que es muy probable que en el camino ocasionalmente llueva por lo que una campera impermeable siempre es imprescindible (a no ser que vayamos de mochileros al Sahara, pero en ese caso tampoco es mala idea llevarla). En función del clima, una buena idea para no olvidarnos de nada es ir “cubriéndonos” de la cabeza a los pies y desde adentro hacia afuera. Por ejemplo, empezando por la cabeza (aparte de llenarla de buena onda, sentido del humor y ganas de enfrentar lo inesperado y disfrutarlo), gorra/sombrero/pasamontañas; seguimos bajando: anteojos de sol (si bien no son ropa, es una buena oportunidad de ponerlos); bufanda/cuello polar/pañuelo; camiseta térmica/camisetas/remeras/camisas; buzos/campera; calzoncillos/pantalones/bermudas/short de baño/cinturón; medias/zapatillas/botas/ojotas. Es importantísimo tener siempre mudas de ropa interior secas. Los pies mojados por un tiempo prolongado o “las partes” húmedas son garantía de problemas, algunos muy molestos que nos pueden, cuanto menos, hacer muy difícil el viaje (por ejemplo paspaduras serias)

Para seguir viajando… Inspiración y lo que pasa en medio..

Para seguir viajando es necesario mucho mas que un poco de dinero, un lugar donde dormir o con quien pasarla… Se necesita mucho mas que eso ya que se puede viajar sin un peso partido por la mitad, conseguir casa hasta detras de una estación de servicio y en definitiva, viajar solo es la mejor forma que tiene uno para conocerse y amar todo aquello que uno va dejando atras… Para seguir viajando uno necesita mucho pero mucho mas que solo Dinero, compañia y seguridad, uno para seguir con el camino que muchas veces es marcado por el viente necesita inspiración, necesita alimentar el alma de cosas que a uno lo muevan, palabras, frases, películas, amor tal vez?

Cosas del Camino…

Hace poco estuve viendo unos cuantos escritos sobre todo lo que un mochilero o un viajero pasa durante su «travesía» por las rutas y no tarde mucho en sentirme totalmente identificado con algunas de las cosas que estaban ahi escritas ¿por qué? Porque creo que la mayoría de nosotros, los que nos atrevemos a dejar ciertas cosas solamente por ese deseo que cala mas profundo, estamos en la misma frecuencia de una u otra forma, estamos conectados en pensamiento, compartiendo algo mas que rutas, compartimos el pensamiento de que «si la vida es bien vivida, una vida es suficiente» somos, creo, los únicos que nos atrevemos a dejar las cosas sin miedo a perderlo porque lo esencial, lo bueno, no se pierde, es como una vez me dijo mi papa «si hoy tenes un auto y mañana no, algun dia lo volverás a tener porque ya lo tuviste, esta en vos el tenerlo quieras o no.» es como que nos manejamos de otra forma, nos manejamos sin miedo.

Entre esas cosas que uno puede encontrar por el camino, están siempre la de;

Por si no vuelva…

De a pequeños pasos esta hecho el camino mas largo…

A mi mismo, por si no vuelva:

Estamos a Días de tomarnos de la mano, si ya se que soy yo mismo escribiéndote a mi (raro)! Pero lo veo como algo necesario ya que nosotros estamos mas perdidos que nadie entre tanta gente que nos ataja, recuerdas a la señora? o al otro hombre que nos dijo que no se podía hacer nada sin dinero? Si, son muchas cosas que hemos escuchado y vivido hasta este día pero hoy es cuando decido escribirte a vos para mi, de nosotros para el siguiente que venga.

Manifiesto Mochilero

Ser responsable es darnos cuenta de que la vida es una sola, que se vive día a día, y que una vejez con jubilación no justifica una juventud de viejos. Ser responsable no significa solo asumir obligaciones, sino también animarse a asumir la libertad y no atarse innecesariamente a cosas ajenas a nuestra esencia…

Que nadie es viejo en tanto no se haga cargo de su edad. Nunca es demasiado tarde para nada. Viejo es quien hace las cosas que se esperan de un viejo, solo porque otro lo esperan de él…

Que el mundo no es un lugar estático sino una maraña de caminos por los que millares de personas caminan a diario. Cruzando fronteras, vadeando arroyos o escalando montañas…

Que ese mundo es aún un buen lugar para vivir, que las personas que lo transitan comparten algo que es mucho más fuerte que sus diferencias, sean estas de raza, religión o profesión. Estas personas son intrínsecamente buenas…

Creemos que el universo cuida de nosotros, y que una jornada laboral de 8 a 12 horas es más peligrosa que viajar a dedo… que nadie se encuentra en peligro por estar lejos de casa, creemos que las ciudades son definitivamente más peligrosas que las rutas, los montes y los lagos.

Que el dinero es una parte opcional del equipaje, ya que nadie se alimenta de dinero. No sólo se hacen cosas a cambio de dinero. Pensar eso sería transportar arbitrariamente las relaciones comerciales a las relaciones humanas. Una sonrisa oportuna puede valer millones…

Que todos los viajeros podemos aprender los unos de los otros, que nadie nace sabiendo, que siempre hay alguien que va por primera vez a ese lugar que nosotros conocemos como la palma de nuestra mano…

Que la simplicidad es algo a ser reivindicado, y está más cerca de un pan casero al costado del camino que de un crédito hipotecario o vacaciones de quince días pagadas en tres años…

Que la meta es una excusa para dejarnos mecer por el azar y exponernos a las paradas imprevistas, los pueblos escondidos, las miles de posibilidades intermedias, transformando cada punto del mapa en una anécdota.

Que el viajero es preso de la paradoja de querer dar la vuelta a un circuito infinito.